Numerología Transpersonal

Como responsable de este BLOG dedicado a la Numerología Transpersonal, siento que debo cumplir con la responsabilidad de nutrir a todos aquellos que nos visitan a menudo con la finalidad de obtener información, colaborando en aumentar el conocimiento general y principalmente ayudando a incrementar la tasa de vibración espiritual.

La responsabilidad de la cual hablo no es tan sólo personal. Es universal, pues a todos aquellos de nosotros que se nos ha inducido a transitar por el sendero de la espiritualidad, también se nos ha asignado el deber de enseñar a otros las verdades o las virtudes de un camino que hasta hace poco tiempo permanecía atrás del velo.

Por cada día que pasa, más misterios se van develando y lo que antes estaba oculto o permitido a unos pocos, es ahora accesible a multitudes. Una vez más nuestra civilización transita el camino hacia el interior del ser y su propia divinidad, recorriendo un sendero que aparenta ser personal, más no lo es. Este sendero es la Misión de Vida que debemos cumplir con nosotros mismos y en estrecho vínculo con los objetivos planetarios.

jueves, 8 de julio de 2010

La Personalidad, el vehículo del Destino

Cada letra que esté presente en los nombres de una persona ayuda a caracterizar una específica habilidad personal. La sumatoria de esas habilidades conforma una especie de mosaico de potencialidades que van tomando cuerpo a medida que el individuo crece y evoluciona, originando a la larga aquello que pudiéramos denominar “personalidad”, que no es más que la expresión de su modelo conductual.

Como punto de partida, el estudio de las energías presentes en los datos personales de un ser humano debe realizarse únicamente a partir de los nombres y apellidos que la persona use al presentarse y no con todos sus datos completos de nacimiento, pues los nombres que una persona usa son aquellos que vibran con el poder de la palabra vocalizada por él mismo y por su entorno, así como vibran con la imagen que la persona generalmente desea tener de sí.

Así mismo, sus nombres reflejan su autoconfianza, afectan su vida y crean una combinación de sonido y vibración que influye sobre su envoltura energética y la de los demás, determinando su comportamiento y la forma cómo los demás le perciben.

En síntesis, la personalidad actual de un ser humano viene a ser la totalización de su evolución atemporal: una especie de sumatoria de actitudes, experiencias y sabiduría acumuladas durante todos los procesos de vidas pasadas. Debido a ello, la personalidad está fragmentada en una serie de diversas tendencias conductuales que conforman la totalidad de sus actitudes internas y externas, así como sus características mentales, emocionales, sociales y espirituales, mostrando en positivo sus habilidades, talentos y vocación profesional, así como aquellas facetas negativas que deben ser trabajadas y revertidas.

Los dígitos numerológicos que muestran la personalidad (los cuales, como dije con anterioridad, totalizan unos 19 aspectos), caracterizan metafóricamente el estado en que se encuentra el vehículo que el ser humano posee para transitar a través del camino de aprendizaje de la Vida, su Destino.

Conocer de antemano - por medio de una Carta Natal numerológica - el estado en que dicho vehículo se encuentra y su armonía o desarmonía con la Misión de Vida, podría ser estratégicamente importante para llevar a feliz término el aprendizaje personal.

La conducta humana y las leyes evolutivas de causa y efecto

El así llamado “karma” - palabra de origen oriental, cuyo verdadero significado ha sido mal interpretado y mal utilizado en el contexto de la civilización occidental - está vinculado a las leyes de causa y efecto que rigen el camino evolutivo del ser humano.

Por tanto, es el resultado de acciones vividas en vidas pasadas y se manifiesta en la actual reencarnación de un ser humano como un conjunto de circunstancias repetitivas y de pautas creadas por su Yo Superior, las cuales él deberá modificar y transmutar si desea trascender su proceso evolutivo.

Los dígitos numerológicos que no aparecen en la composición global de la personalidad (nombres y apellidos que la persona usa), tal como sería analizado en su Carta Natal, son aquellos que indican la existencia de áreas débiles de comportamiento que deben ser encaradas, practicadas, mejoradas y transformadas.

Estas áreas débiles de comportamiento recrean repetitivas experiencias de vida que fácilmente acaban por convertirse en verdaderas estructuras de creencias subconscientes que prácticamente obligan al individuo a asumir determinados roles en su vida.

Dichas áreas están estrechamente vinculadas al Destino del ser humano, puesto que representan los obstáculos que el individuo deberá enfrentar en el ámbito personal para acometer su Misión de Vida. Al comparar con el número del Destino - que representa el sendero a recorrer por medio del vehículo integrado por la Personalidad - podemos considerar los dígitos faltantes como si fueran las luces rojas de advertencia que se encuentran encendidas en el panel de control del vehículo personal.

Los Nueve Sectores del Inconsciente

Las áreas débiles de conducta representan las claves de acceso faltantes que se necesitaría adquirir para obtener una completa experimentación de todos los posibles modelos de conducta personal. Cada uno de los 9 números representa un modelo de conducta y cada número contiene ciertas claves necesarias para acceder a los niveles de experiencias inconscientes asociadas a cada modelo.

Es por ello que denomino a ese conjunto de experiencias como “Los Nueve Sectores del Inconsciente”, metafóricamente representados por 9 espaciosos recintos donde están grabadas las experiencias humanas asociadas con los arquetipos simbolizados por cada número básico.

Para acceder a las experiencias asociadas con cada Sector del Inconsciente, es necesario poseer la “llave” que abre el acceso a ese recinto. Como ya debes suponer, las llaves que abren la puerta de cada recinto están representadas por las letras presentes en la identidad individual, visto que cada letra tiene su equivalente numérico… Si deseas conocer más en profundidad sobre este tema y otros que hemos tratado con anterioridad, te recomiendo que visites mi sección sobre Enseñanza.

Concluyendo el tema, parte del proceso evolutivo individual (karma individual) está estrechamente vinculado al del grupo familiar al cual pertenece el individuo. Cada grupo familiar (identificado apenas por el apellido) trae una misión colectiva que los integrantes del grupo deben ayudar a cumplir, con el fin de que el grupo evolucione. Cuando un integrante del grupo familiar tiene dificultades para cumplir con la misión evolutiva asignada a su grupo natal, podría obstaculizar la evolución de todos.

Más que individual, el karma es colectivo. Por ser miembros de un grupo familiar, somos también miembros de una sociedad, pertenecemos a una nacionalidad, integramos una raza. Por tanto, la evolución de la humanidad depende de nuestra propia evolución. Cada esfuerzo individual que hagamos por transformarnos, repercute en la evolución del colectivo y del planeta entero.

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